El alcohol metílico, también conocido como metanol o alcohol de madera, es un compuesto químico que se utiliza en la industria como disolvente, anticongelante, combustible y en la fabricación de productos químicos y plásticos. Aunque puede ser producido naturalmente en pequeñas cantidades en la descomposición de plantas y animales, la mayoría del metanol se produce de manera sintética a través de procesos industriales.
El alcohol metílico es un líquido incoloro y volátil que tiene un olor fuerte y tóxico. Puede ser altamente inflamable y su vapor puede formar explosivos mezclados con el aire. Su sabor es amargo y es tóxico para el consumo humano. Incluso pequeñas cantidades pueden causar intoxicación y daño al sistema nervioso, los órganos internos y los ojos. Además, puede ser fatal si se ingiere en grandes cantidades.
El alcohol metílico es un alcohol de cadena corta, compuesto por un átomo de carbono unido a tres átomos de hidrógeno y un grupo metilo (CH3OH). A diferencia del alcohol etílico (etanol) que es seguro para el consumo humano en cantidades moderadas, el alcohol metílico tiene efectos tóxicos graves y se considera venenoso. Debe manejarse con cuidado y mantenerse fuera del alcance de los niños y de las personas no capacitadas.
En la industria, el alcohol metílico se utiliza en la producción de pinturas, barnices, anticongelantes, combustibles y productos químicos. También se utiliza en la producción de metilato de sodio, que es un reactivo químico utilizado en la producción de biodiesel.
Es importante tener en cuenta que el consumo o la ingestión de alcohol metílico puede ser extremadamente peligroso y potencialmente mortal. Si se sospecha de una intoxicación por alcohol metílico, se debe buscar atención médica de inmediato.
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